Si, ciertamente no valoran lo duro que nos resulta sacrificarnos, en fin, así es nuestro sino....
Yo, que en una semana espero estar en Madeira, me siento como el Padre Damián en la isla de Molokai, llevaré el consuelo a los madeirenses, desembarcaré con un crucifijo en una mano, dispuesto a convertir a los paganos de la isla y a mostrarles el camino ¿Acaso todo eso no merece una pequeña recompensa?... para hacerles ver la fuerza de la fe creo que voy a rodearme de todo tipo de comodidades en un hotel de cinco estrellas (no lo decidí yo, sino el Ser Supremo que puso la oferta en el periódico y éste ante mi) y resistiré a las tentaciones.
En cualquier caso, creo que en Molokai también existían unas actividades paralelas, en lo relativo a la reigión, quizás aquí tenga que bajar a los infiernos, antes de resucitar, pero....qué se le va a hacer...así se salva ala humanidad...Espero coincidir con el otro que también vuelve de allá el domingo...