Estoy aquí de nuevo.
Les aleteo con toda fuerza.
Hoy pongo el cuento trece.
¡Oy! Que tarde es ya! Hoy me he levantado a la anochecer, me siento plena de energía. ¿Me recuerdan? Soy Selene, la Luna. En mi larga vida giraba y giraba /he girado ????/ alrededor del planeta Tierra.Y siempre encuentro cosas interesantes que ver. Me encanta contar historias y ésta quiero contartela a tí.
Pues, bien, te conté que un lobo andaba por el bosque y tenía mucha hambre, los cazadores furtivos no habían dejado ni un ciervo ni un conejo ni nada que comer. Y en un sendero el lobo vio a una niña y le pareció un posible alimento. Pero se equivocó. No era una presa fácil porque cuando salió sobre la niña ella dio vuelta rápidamente y se agachó. Y el lobo pasó por encima y chocó de frente contra un tronco.¡Jajaja! La niña sabía defenderse y el lobo salió con el rabo ente las piernas y con un problema mayor. Con el golpe que se dio ya no podía oler y como no podía oler tampoco podía encontrar el camino de regreso a su casa porque él se llevaba /???/ por aromas del bosque. Ahora estaba perdido y muy preocupado por la loba y los ocho lobeznos que eran sus hijos.
Del otro lado del bosque la loba no sabía porque el lobo no había regresado aún mientras sus hijitos le decian:
- Mámi, mámi, mámi tenemos hambre.
Y la pobre loba salía apurada con seguir algún ratoncillo. Eran días difíciles, vivía angustiada por la suerte del lobo y al mismo tiempo por salir a cazar y dejar a sus hijos sin protección.
Una tarde al regresar a su cueva encontró muy cerca de la entrada a un enorme oso. Con mucha audacia/ ммм не уверена .?????/ llamó la atención del oso para que éste la persiguiera.
- ¡Oso, mírame, oso! Oso, aquí estoy! Eres perezoso y lento! Y el oso corrió a tras la loba pero no era tan lento. Ambos corrían con todas sus fuerzas hasta que un claro del bosque rodeado de grandes piedras y el oso la acorraló.
Para poder escapar tuvo que pasar entre plantas llenas de espinas. Lastimada y cansada regresó a su cueva pero al menos sus lobeznos estaban a salvo.
-Mamíta, mamíta tengo otra. Yo también - decián los cachorros mientras les sacaban las espinas. La loba no podía __ levantar los orejas, por fin, se dormió.
En cuando amaneció se arrastró fuera de la cueva. Tenía que conseguir alimento para sus cachorros. Entró al bosque, vagaba y meditaba sus desgracias.
- Bésame mucho. Como si fuera en esta noche la última vez.
Una graciosa duendecilla paseaba por el bosque, anqúe no era muy grande, la loba pensó que era mejor que un ratón. Sin detenerse un segundo saltó sobre ella y la duendecilla que iba muy distraída fue atrapada por la loba.
-No es grand cosa - se dijo la loba - Pero al menos llenaré la barriga ??? de uno de mis hijos. La duendecilla estaba aterrorizada de momento el miedo la paralizó, pero luego comenzó a pedirla a la loba que no se la comiera. Ella al tomar a la duendecilla entre sus dientes cambió de opinión. Al cabo era tan pequña aquel cuerpocillo .
- Ya, ya, ya deja de quejarte y corre.
Al verse libre corrió un poco y luego se detuvo, miró a tras.
La duendecilla estaba muy agradecida, así que guardando cierta distancia le dijo.
-Pido un deseo y se te considera.
La loba no le hizo caso a la duendecilla. Tenía muchísimas cosas en que pensar. Debía regresar a la cueva para ver como estaban sus hijos. Además tenía que cazar. Sí tan sólo pudiera dividirse en dos.
Al llegar a su cueva, ¡o, sorpesa! un animal estaba con los cachorros. Todo su cuerpo se intensó despuesta a defender a sus hijos. Pero en seguida se dio cuenta que era el lobo que estaba de regreso y que ese era el deseo que había pensado.
Me costa mucho encontrar el camino de vuelta – dijo el lobo a al loba, - ahora sí queres puedes ir a cazar. Que yo cuidaré de nuestros hijos o yo puedo ir como quieras. Y como siempre la pareja de lobo sigue encargándose por igual del cuidado de los hijos y de buscarlos alimentos.
Y hasta aquí el cuento de los lobos. Por las noches cuando mires al cielo recuerda que tu amiga Selene la Luna está lista para contarte un cuento.
GRACIAS
En fin de quinto cuento la Luna Selene promitió cantarnos un cuento de Gansel y Gretel. Por fin, en el siguiente cuento nos va a relatarlo a nosotros. Y yo se lo escrbiré al oído. Y tal vez que me corrigan otra vez, o no.
Yo pensaba antes que ya no habría este cuento.