Onib Сб дек 10, 2005 2:56 pm
Hoy he vuelto de un pequeño viaje. Ayer me estuve riendo, recordando con un amigo algunas anécdotas que nos sucedieron hace tiempo. Como ocurre a veces, unos recuerdos te llevan a otros y surge del pasado alguna historia olvidada. Hoy a la mañana había un nombre que me rondaba en la cabeza y no conseguía acordarme de dónde salía. Al fin recordé: Luchito Sobriedad, ese era el nombre y esta es su pequeña historia.
Ya hace años de ésto, era la época de estudiantes en la Universidad. Tenía unos amigos peruanos que estudiaban en Madrid. Compartían piso con otro peruano: Luchito Sobriedad, un estudiante que se presentaba como un auténtico caballero y que aspiraba a ser político. Como era un poco "estirado", un día mis amigos decidieron gastarle una broma. Mientras Luchito estaba en clase, en la Facultad de Ciencias Políticas, construyeron un maniquí con un armazon, le pusieron el pijama de Luchito, le colocaron una peluca con una larga melena rubia y lo metieron cubierto con una manta en la cama de Luchito.
A la noche llegó Luchito de la Facultad. Los compañeros le dijeron: "mira Luchito, ha venido una amiga chilena y como estaba con el estrés del viajero la hemos metido a dormir en tu cama, pero ya la despertamos". Luchito, como era un caballero, dijo: "déjenla, déjenla, que duerma, yo ya duermo en el sofá". Al día siguiente Luchito se marchó temprano para la Facultad. Por la noche, al volver, el maniquí seguía en la cama. Luchito abrió la puerta y vio su melena rubia. "Aún está dormida" -comentó extrañado-, ante lo que los compañeros le dijeron: "se levantó y estuvimos comiendo, pero venía muy cansada con el estrés del viajero y se volvió a la cama"... Parece guapa....-decía Luchito-..."Bueno, que duerma, que descanse", dijo Luchito y pasó otra noche en su sillón.
Nuevamente marchó para la Facultad y nuevamente volvió, en esta ocasión al mediodía. Al ver que seguía durmiendo comentó: "que raro, todavía no se ha levantado". Los compañeros le decían: "si tienes que coger algo entra, ya la levantamos". "No, que descanse" -les contestaba desde su elevada caballerosidad-.
Al llegar a la noche la extrañeza empezó a rebasar el límite. "¿Le pasará algo?" -decía-, "Miren, no ha cambiado de postura desde ayer", "No veo que respire", empezó a comentar alarmado. Uno de los compañeros del piso entró en la habitación y haciendo que le miraba el pulso comentó: "No es posible, no le siento el pulso, está fría, parece que está muerta...".
Entonces Luchito ya perdió los nervios: "¡¡¡¡ Muerta !!!!, ¡¡¡¡ en mi cama !!!!, ¡¡¡¡...y vestida con mi pijama !!!!, ¡¡¡¡Güevones!!!!, ¡¡¡¡Me han cagado la vida !!!!!, ¡¡¡¡Güevones!!!, ¡¡¡¡ Me han cagado la vida !!!!, gritaba Luchito desconsolado.
"Aún podemos arreglarlo" -decía un amigo- "tengo un tío médico y podemos mirar de conseguir un certificado de defunción". ¡¡¡Me han cagado la vida !!!!, gritaba Luchito, pensando en su futuro político destruído. Por fin, se decidió a mover el cadaver. Entonces fue cuando se se acercó y al mover las mantas descubrió al cadaver de la "bella rubia".
Creo que a día de hoy continúa enfadado....