...el tiempo pasará y por culpa del tembleque derivado de la bebida él irá perdiendo su capacidad para el dibujo. El pequeño sueldo que ganaba haciendo retratos de turistas a la entrada de un museo de cera queda en el pasado. Entonces se dedicará a recorrer las calles con un carrito de cuatro ruedas, recogiendo cartones y revendiéndolos.
Ella lo mirará irónicamente, sin decir nada, tal como acostumbra, sabiendo los dos que en el fondo está diciendo "menudo inútil" ...., cosa que a él "le toca los huevos".
Un día, con esa astucia maliciosa de la debilidad mental causada por tanto bebercio, decide realizar una inversión de futuro. Ahorra las ganancias de una semana y las gasta en comida. Ella se da un atracón que la lleva a la tumba, mientras él la oye asfixiarse sin mover un dedo.
Recorriendo las calles conocerá a un tío recién salido de la cárcel que, repetidamente, día tras día, le hablará del arrepentimiento y la penitencia. Un día matará de una pedrada al tal Raskolnikov, harto ya de que "le coma la oreja" con sus admoniciones.
Como la policía no es tonta descubrirán este asesinato, quizás también porque le pegó la pedrada delante de una comisaría...., en fin, acabará en la cárcel y descubrirá que.... por fin es libre.
.....y colorín colorado este cuento se ha acabado